Esta mañana, durante la audiencia general, el niño y la cuna cubierta con un paño que evocaba la keffiyeh -pañuelo tradicional de la región árabe símbolo palestino- habían desaparecido del pesebre situado en la sala Pablo VI, símbolos que en los últimos días habían suscitado polémica, especialmente en el mundo judío.
Era señalada precisamente a la keffiyeh, símbolo "político" y no "religioso", y la propia "palestinización de Jesús", que, según algunos exponentes del mundo judío, no se ajustaría a la auténtica tradición religiosa cristiana.
La "remoción" no pasó desapercibida, sobre todo porque la foto del Papa que se detuvo brevemente ante el pesebre visiblemente despojado de su elemento central, fue publicada esta mañana por los propios medios vaticanos y también en el perfil de Instagram de Francisco.
A las pocas horas, la oficina de prensa vaticana justificó la circunstancia explicando que el Niño "será colocado en el pesebre la noche del 24 al 25 de diciembre, según la tradición".
Además, respecto a la keffiyeh, informó que "parece que el elemento fue añadido a último momento por el artista".
El pesebre apareció en la sala Pablo VI el pasado sábado, cuando el Papa Francisco acudió allí para saludar colectivamente a las delegaciones que donaron pesebres este año, incluida la palestina compuesta por el ministro Ramzi Khoury e Issa Kassisieh, embajador palestino ante la Santa Sede.
También estuvo presente el padre Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa, que posteriormente celebró una misa de acción de gracias en las grutas de los Papas.
El Papa había hablado allí de "Palestina torturada" afirmando que los pesebres "son diferentes entre sí, pero todos llevan el mismo mensaje de paz y de amor que Jesús nos dejó".
Finalmente, después de pedir una vez más el fin de las guerras y la violencia, se detuvo unos instantes en silenciosa contemplación frente al pesebre.
Sin embargo, el inicio de esta oración, una vez que comenzó a circular, desencadenó una serie de controversias.
"Conmoción e inquietud" por la elección del Papa Francisco "de rendir homenaje en el Vaticano a un pesebre de Belén en el que el Niño Jesús descansa envuelto en un manto que evoca la keffiyeh palestina", expresó Moked, el portal del judaísmo italiano.
"La 'palestinización' del Jesús judío - había sostenido por tanto el rabino jefe de Génova, Giuseppe Momigliano, consejero de culto de la Unión de la Comunidad Judía Italiana (UCEI)- no es algo nuevo en el ámbito eclesiástico. El último episodio, sin embargo, adquiere un carácter 'particularmente inquietante porque el protagonista es el Papa y porque encaja en un momento en el que estamos viviendo dificultades en muchos frentes en las relaciones".
Por último, los miembros del Comité Judío Americano, en una publicación en X, también replicada por la embajada de Israel ante la Santa Sede, dijeron estar "decepcionados y perturbados por el hecho de que una importante tradición religiosa haya sido politizada de esta manera".
Por lo tanto, el Vaticano lo pospone hasta el 24 de diciembre, cuando en realidad el Papa participará en la misa de Navidad y en la apertura de la Puerta Santa en la basílica.
Mientras tanto, en la exposición Cien pesebres en el Vaticano, en la columnata de la Plaza de San Pedro, todos los pesebres presentan al bebé ya colocado en su lugar.
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