El control ruso sobre Ucrania nunca afloja, bajo ninguna circunstancia. Así lo atestiguaron personalmente el premier británico, Keir Starmer, y el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, que fueron recibidos por el estruendo de las explosiones a su llegada a Kiev. No obstante, las misiones consiguieron su objetivo, porque los representantes de los dos países aliados aseguraron al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que el apoyo de Roma y Londres no disminuirá.
El primer ministro británico firmó un "pacto de 100 años" con el líder ucraniano, mientras que el ministro de Defensa italiano subrayó que "éste es el momento más importante de los últimos tres años para aumentar la ayuda: vine a hablar del undécimo paquete, el décimo ya está hecho".
La defensa antiaérea de Kiev, el día de la visita de Starmer y Crosetto, fue llamada nuevamente a trabajar horas extras para repeler un ataque con drones.
Las explosiones también se escucharon durante la llegada del primer ministro británico a la capital ucraniana por la mañana.
En cuanto a Crosetto, se encontraba a no más de 800 metros del lugar donde se oyeron las explosiones de los misiles.
Todo sigue igual para todos los ucranianos, que desde hace tres años son víctimas de una invasión, hasta el punto de que Zelenski comentó con desprecio estos ataques: "Ustedes nos dijeron buenos días, nosotros también los saludaremos".
El ministro italiano voló a Kiev una semana después de la visita de Zelensky a Roma, donde se reunió con Sergio Mattarella y Giorgia Meloni.
Las autoridades ucranianas también en esta ocasión agradecieron a Italia por haber asegurado su ayuda en la defensa de Ucrania.
"Se trata de suministros", subrayó el ministro, refiriéndose también a los sistemas de defensa antiaérea, que "permitieron a esta gente salvar quizás una escuela, un hospital, una infraestructura crítica". Y el apoyo no se acabará.
Las conversaciones en Kiev permitieron profundizar el diálogo "sobre la colaboración técnica también en el sector de la industria de defensa", explicó el ministro, subrayando además el potencial de la contribución de Roma a la reconstrucción del país.
Italia también está estudiando la posibilidad de un cese de hostilidades.
"Tanto el primer ministro como el ministro de Asuntos Exteriores y yo hemos dicho que dondequiera que estalle la paz y sea necesario un contingente italiano, el contingente estará allí", subrayó Crosetto.
Esperando que "la paz explote aquí y llegue un contingente internacional".
"No me corresponde a mí decir si será europeo o de las Naciones Unidas, pero es un deseo que todos tenemos", añadió.
Después de un debate occidental iniciado por el presidente francés, Emmanuel Macron, y que continúa, aunque con cautela y distinciones entre los diferentes países.
De las tropas de los países de la OTAN desplegadas en Ucrania para proteger un posible alto el fuego, también discutieron Starmer y Zelensky.
Después del encuentro bilateral, los dos líderes anunciaron la firma de un pacto estratégico, denominado "asociación de 100 años", confirmando el apoyo político, militar y económico de Londres a Kiev.
"Nunca los abandonaremos", reiteró el primer ministro laborista en su primera misión como jefe de gobierno en Ucrania después de las numerosas visitas de sus predecesores conservadores.
Zelenski ha intensificado en esta etapa los contactos con sus aliados para tratar de consolidar el consenso en torno a la causa ucraniana, en vista de la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien, en cambio, no parece dispuesto a garantizar la misma ayuda a Kiev otorgada por Joe Biden.
Es una especie de carrera contra el tiempo, ya que el ejército ucraniano tiene cada vez más dificultades sobre el terreno, especialmente en el Donbass.
Sin embargo, la situación más allá de la frontera parece estar mejorando.
En Kursk, las tropas de Kiev reivindicaron la captura de 27 soldados rusos, mientras que, según la OTAN, un tercio de los soldados norcoreanos enviados a la región para ayudar a los rusos fueron muertos o heridos por los ucranianos.
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