Y mañana será el turno del jefe de Estado, Sergio Mattarella. Debió reunirse además con Joe Biden, pero el presidente estadounidense anuló el viaje a último momento a causa de los incendios en Los Angeles.
Meloni lo tranquilizó al reiterarle "el respaldo de 360 grados que Italia asegura y continuará asegurando a la legítima defensa de Ucrania". El ciclón-Trump está por golpear a Europa, a la OTAN, al mundo entero, y ninguno más que Zelensky corre el riesgo de ser arrollado.
"Estoy haciendo lo mejor para poner fin a esta guerra con dignidad, para Ucrania y para toda Europa, dentro de este año", juró en Ramstein en ocasión de la última reunión del Grupo de Contacto -a tracción Estados Unidos- desde la época de Biden.
Luego será un salto al vacío. No está claro qué cosa hará esta suerte de Liga para Kiev -copyright del jefe del Pentágono, Lloyd Austin, que el grupo lo fundó- dado que Trump podría torpedearlo. "No quiero comentar los pasos que dará la próxima administración", afirmó con cortesía Austin en conferencia de prensa.
La mini-cumbre, con la presencia de los ministros de Defensa de unos 50 países (pero aquellos que cuentan en verdad con los aliados de la OTAN) como también el secretario general de la Alianza y la Alta representante UE, Kaja Kallas, servía para dar el último empujón cierto a las Fuerzas Armadas ucranianas, involucradas en una delicadísima fase del conflicto, entre moral baja (abundan las deserciones), territorios perdidos en el Donbás, incursiones aventureras en Kursk y bombardeos rusos ordinarios en las ciudades (al menos 19 civiles muertos en las últimas 24 horas).
El camino entre conflicto y negociación es muy estrecho y la cuestión de las tropas occidentales desplegadas en Ucrania resurgió en Ramstein. "Nuestro objetivo -declaró Zelensky es encontrar tantas herramientas como sea posible para obligar a Rusia a la paz y creo que el despliegue de contingentes socios sería una de las mejores herramientas".
Los aliados no se presentaron con las manos vacías. Estados Unidos anunció un nuevo paquete de ayuda de 500 millones de dólares que también incluye misiles de defensa aérea. Londres, en cambio, suministrará hasta 30.000 drones del tipo FPV en el arco de 2025, en colaboración con Letonia y otros socios de la coalición específica. "Estos drones de última generación ayudarán a Ucrania a luchar contra la agresión rusa al permitir que las fuerzas maniobren más allá de las defensas aéreas rusas para atacar posiciones enemigas y vehículos blindados", dijo el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Zelensky animó a sus aliados a invertir en Ucrania precisamente para el seguimiento de la producción de drones -"queremos producir un número récord de ellos"- e insinuó que incluso estaba negociando con Estados Unidos para la localización de determinadas defensas aéreas. Pero aquí, como siempre, "no hay certeza" sobre el futuro.
"Estamos aquí hoy para estar seguros de que Ucrania tenga lo que necesita en términos de equipamiento y entrenamiento para prolongar la batalla y prevalecer", precisó el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que más tarde visitaría el Cuartel General aliado de Seguridad de Ucrania. Asistencia y Entrenamiento (NSATU) en Wiesbaden, creado específicamente para mitigar una posible retirada de Trump del Grupo de Contacto, pero luego se vio obligado a cancelar el viaje.
"Rusia -agregó Rutte- naturalmente quiere apoderarse de Ucrania, pero no es sólo Ucrania lo que está en juego: el mundo está observando y el final contará mucho, dado el contexto geopolítico, si Kiev tiene un buen acuerdo, cuando decida entablar negociaciones o no". Por eso es crucial que la paz no sea una capitulación.
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