Kiev sigue resistiendo con todos los medios a su alcance, pero la superioridad de hombres y medios del enemigo se confirma abrumadora: según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, solo en la última semana llovieron sobre su país más de 100 misiles y 600 bombas.
El corazón de las operaciones militares es la parte sur de la provincia de Donetsk. Los dos pueblos capturados por los rusos se encuentran cerca de Pokrovsk y de la ciudad industrial de Kurakhove. Dos encrucijadas que, una vez conquistadas, abrirían vías ilimitadas para un mayor avance ruso.
Durante el fin de semana, los soldados ucranianos informaron de "duros enfrentamientos" en los alrededores y en la ciudad de Kurajové, así como más al norte, en la ciudad colina de Chasiv Yar.
"La situación es compleja y en evolución. Nuestras tropas se están organizando actualmente para mejorar la situación táctica", fue la explicación, que sugiere la extrema dificultad del momento.
Además, la conquista de todo Donetsk fue durante mucho tiempo la prioridad número uno del ejército de Putin.
Basta pensar que el mes pasado las fuerzas invasoras conquistaron más territorio ucraniano que en cualquier otro mes desde marzo de 2022, según el Instituto para el Estudio de la Guerra con sede en Estados Unidos.
Desde Kiev, Zelensky actualizó a la población sobre la situación sobre el terreno.
"Solo esta semana, Rusia utilizó casi 630 bombas aéreas guiadas, unos 550 drones de ataque y más de 100 misiles de diversos tipos contra Ucrania", afirmó el líder ucraniano, que a continuación agradeció a los soldados "y a nuestros socios que entienden la necesidad de reforzar nuestras defensas aéreas para salvar las vidas de nuestra gente".
Un agradecimiento que delata la petición de más ayuda militar de los socios de la OTAN, con la que Zelensky hablará cara a cara el próximo miércoles en Bruselas.
En este enésimo día de guerra se señaló otro episodio relevante, aunque aparentemente no relacionado con el conflicto.
El incidente ocurrió en el mar Negro, especialmente en el estrecho de Kerch que separa Rusia de Crimea.
Dos petroleros rusos con 29 tripulantes a bordo fueron gravemente dañados, provocando un derrame de petróleo.
Según las autoridades, el mal tiempo les sorprendió y las imágenes publicadas por los investigadores mostraron que uno de los petroleros estaba medio roto y se hundió en medio de una fuerte tormenta, con manchas de petróleo visibles en el agua.
El número de víctimas es de al menos un muerto y 11 heridos.
Putin ordenó una investigación. El riesgo, aparte de la verificación de la verdad sobre lo ocurrido, es un grave daño ambiental.
En 2007, otro petrolero se partió en dos durante una tormenta mientras estaba anclado frente a la costa del estrecho de Kerch, vertiendo más de 1.000 toneladas de petróleo crudo al mar.
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