Por el lado europeo, ni la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ni ningún miembro de las instituciones europeas fueron invitados. El húngaro Victor Orban no estará allí, mientras que el líder del partido de extrema derecha francés Reconquista, Eric Zemmour, y el ex primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, recientemente elegido líder de los conservadores del ECR, sí estarán.
La política alemana de extrema derecha AfD, Alice Weidel, fue invitada, pero dijo que no puede asistir debido a su apretada agenda antes de la votación del 23 de febrero en Alemania. En su lugar enviará al co-líder del partido, Tino Chrupalla.
Según los rumores, Mike Pence, vicepresidente de Trump durante sus primeros cuatro años, también estará presente en la ceremonia, que ha sido trasladada al interior del país del recinto debido a la ola de frío que azota a Estados Unidos.
También asistirán Joe y Jill Biden, Hillary y Bill Clinton, George W. y Laura Bush. Barack Obama estará presente sin su esposa Michelle, quien ha decidido no asistir. Una elección que va a contracorriente y que solo Trump y su esposa Melania habían hecho antes que ella, cuando despreciaron la investidura de Biden hace cuatro años.
También estará ausente la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, la gran enemiga del presidente electo, quien dirigió una Cámara que lo destituyó dos veces.
Silicon Valley estará en primera línea para Trump. A la inauguración asistirán el inseparable "primer amigo" Elon Musk, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, y los directores ejecutivos de Apple, Google, TikTok, Meta y OpenAI.
Una alineación de multimillonarios que muestra el cambio de rumbo emprendido por el sector corporativo estadounidense hacia posiciones políticas y sociales más conservadoras de cara a la llegada del presidente electo.
Mientras el Servicio Secreto revisa los planes de seguridad tras el inesperado cambio de planes debido al frío extremo, Washington también da la bienvenida a las protestas contra Trump. Miles de personas salieron a las calles el sábado, pero el océano de multitudes que invadió la ciudad en 2017 es solo un recuerdo lejano. Como reconocieron los organizadores, la "resistencia" a Trump ha cambiado de piel, lo que refleja una nueva estrategia, pero también un cansancio generalizado.
El objetivo de las protestas, admite Marcha de Mujeres, uno de los organizadores de la manifestación, es evitar "la desmovilización y dar a la gente algo que esperar".
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