El director general de la empresa, James Quincey, entregó al magnate la primera "botella conmemorativa presidencial" de Coca-Cola Light, con la etiqueta dedicada a "la toma de posesión del presidente de Estados Unidos Donald J. Trump" y la fecha "20 de enero de 2025".
En la caja hay una nota que subraya la contribución de la empresa a la economía estadounidense: "Fundada hace 126 años en Atlanta, Georgia, The Coca-Cola Company se enorgullece de producir cientos de marcas amadas por el público. Junto con nuestros más de 60 socios, el sistema genera más de 58 mil millones de dólares en actividad económica en los Estados Unidos anualmente y respalda 860.000 empleos".
La tradición de Coca-Cola de producir botellas para celebrar las inauguraciones presidenciales de Estados Unidos se remonta a 2005, pero esta vez adquiere un significado especial ya que Diet Coke es la bebida favorita de Trump.
Fuentes cercanas al magnate aseguran que consume hasta 12 latas al día. Y durante su primer mandato en la Casa Blanca, tenía un botón especial en la Oficina Oval que podía presionar para que le trajeran inmediatamente una Coca-Cola con hielo.
La compañía explicó que la edición especial "no está disponible para la venta, sino que se distribuirá una cantidad limitada de botellas en el evento inaugural" el 20 de enero en Washington DC.
La botella conmemorativa, diseñada especialmente para Trump, presenta un diseño exclusivo que resalta la colaboración entre el expresidente y la marca. Este obsequio refleja la importancia de las relaciones entre figuras públicas y corporaciones en Estados Unidos.
La entrega de esta botella conmemorativa por parte de Coca-Cola subraya la influencia y el impacto que figuras como Trump pueden tener en las marcas y en la cultura popular.
Además, resalta la estrategia de las empresas para mantener relaciones positivas con personalidades públicas que han sido influyentes en la sociedad estadounidense.
Este acontecimiento también pone de relieve la importancia de las relaciones entre el sector privado y los líderes políticos, y cómo estas interacciones pueden influir en la percepción pública y en la imagen de las marcas. La colaboración entre Trump y Coca-Cola es un ejemplo de cómo las empresas buscan asociarse con figuras públicas para fortalecer su presencia y relevancia en el mercado.
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