Wilexis tenía su centro de operaciones en la enorme barriada de Petare, la más populosa de Venezuela y una de las más grandes de América Latina, donde había instaurado un régimen de terror desde hace muchos años, sin que ninguna autoridad hubiera podido o decidido capturarlo.
Para algunos residentes de Petare el delincuente era respetado y temido. Bajo amenaza, tenía protección en los enrevesados callejones y escaleras del lugar, un conjunto de "favelas" en enormes colinas donde en el pasado cercano vivían unos 500.000 habitantes.
Según la versión oficial divulgada por el ministerio de Relaciones Interiores, Wilexis fue muerto al enfrentarse a funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) y de cuerpos militares, en el estado Miranda, en las afueras de Caracas.
"Son incontables los asesinatos, las extorsiones que ese ciudadano desde el terror ejecutaba contra la población del municipio Sucre, estado Miranda", dijo el ministro del Interior, el capitán Diosdado Cabello.
El gobierno de Maduro ha dado nuevas señales de fuerza en el combate al crimen organizado y a bandas armadas, como la del famoso Tren de Aragua, nacido en Venezuela y que se extendió por toda América después de operar libremente hasta 2023 desde la cárcel de Tocorón, hoy lugar de reclusión de presos políticos.
"Cada vez se perfeccionan nuestros métodos para combatir y exterminar a las bandas organizadas. El 92 % de los grupos criminales en el país han sido desmembrados", afirmó Maduro, poco antes del anuncio de la muerte del Wilexis.
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