WASHINGTON, 14 ENE - Por Claudio Salvalaggio - Cuba sale de la lista de países patrocinadores del terrorismo a cambio de la liberación de decenas de presos políticos, y de otros que Estados Unidos considera injustamente detenidos, antes de la finalización del gobierno del presidente, Joe Biden.
Es uno de los últimos movimientos (tardíos) de política exterior del jefe de la Casa Blanca, gracias a un acuerdo mediado por la Iglesia católica, que a través de la conferencia de obispos Estados Unidos había presionado en esta dirección, junto con las organizaciones de derechos humanos.
La respuesta de La Habana fue inmediata con la liberación de 553 presos detenidos por "varios delitos".
Washington dio un paso en la "dirección correcta, pero el bloqueo sigue", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, refiriéndose al embargo estadounidense contra la isla comunista vigente desde 1962.
La decisión de Biden probablemente será revocada por su sucesor Donald Trump: el magnate había vuelto a poner a La Habana en la lista negra el 11 de enero de 2021, casi al final de su mandato, bloqueando el deshielo anterior iniciado por Barack Obama.
Trump citó como justificación el apoyo de Cuba al líder venezolano Nicolás Maduro y su negativa a extraditar a los rebeldes colombianos a Colombia.
El primer aviso fue lanzado por el senador Ted Cruz, de la comisión de asuntos exteriores del Senado: "La decisión de hoy es inaceptable en sus méritos. El terrorismo promovido por el régimen cubano no cesó. Trabajaré con el presidente Trump y mis colegas para revertir de inmediato y limitar el daño de esta decisión".
Hasta el momento no hubo reacción del equipo de transición de Trump ni del secretario de Estado designado, Marco Rubio, cuya familia abandonó Cuba en la década de 1950 antes que la revolución comunista llevase al poder Fidel Castro y que es un defensor de las sanciones contra la isla comunista.
La administración Biden está notificando al Congreso su decisión, diciendo que ha determinado que no hay “evidencia creíble” de que Cuba esté actualmente involucrada en apoyar el terrorismo internacional.
A cambio, explicó un alto funcionario de la Casa Blanca en una llamada a la que también asistió ANSA, obtendrá la liberación de varias decenas de presos políticos.
Estados Unidos también aliviará parte de su presión económica sobre Cuba, junto con el memorando de 2017 emitido por el entonces presidente Donald Trump que endureció la postura de Estados Unidos hacia La Habana.
La isla está cada vez más asfixiada por las sanciones, en una mezcla de pobreza y escasez de alimentos y energía.
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