En su encendido discurso en el que dedicó largos minutos a defender su poder, Maduro dio pocos detalles de lo que se espera sea su nueva política económica. Habló de "siete líneas estratégicas con sus lineamientos prácticos". La primera es profundizar la construcción del nuevo modelo económico nacional, productivo, diversificado y autosustentable.
"Y que produzcamos alimentos, cemento, ropa, tecnología, todos lo que necesitamos aquí, con el apoyo de nuestros hermanos mayores aquí presentes, China, Rusia, India", dijo.
La segunda línea de transformación es "la construcción de ciudades humanas para el buen vivir, y la recuperación y desarrollo pleno todos los servicios públicos, infraestructura y transporte", áreas en las que Venezuela vive una larga crisis de décadas.
La tercera es "consolidar un mecanismo de seguridad" que garantice la seguridad, la defensa y la paz del país, "la unidad e integridad territorial y del desarrollo de todos los mecanismos de la fusión popular, militar y popular".
La cuarta es la protección y el desarrollo social, "la máxima felicidad social". Prometió construir tres millones de viviendas y desarrollar grandes programas sociales para la mujer, estudiantes y abuelos.
La quinta es la transformación política, el poder popular y nuevos métodos de gobierno, dijo, "para hacer más profunda, más extensa, la democracia y el poder popular".
"No vengo a ofrecer nada, vengo a hacer", afirmó Maduro al prometer hacer una revolución del 2025 al 2031, "democratizadora y liberadora de Venezuela en lo económico y lo social".
La sexta transformación, "urgente", según dijo, es construir ciudades y "una economía verde", una nueva sociedad ecológica. Y la séptima es la geopolítica, "impulsar el surgimiento del nuevo mundo multipolar, multicéntrico y la incorporación de Venezuela "a la vanguardia de la nueva geopolítica de paz y transformación del mundo, junto a los BRICS", el bloque de nuevas potencias fundado por Brasil, Rusia, China, India y Suráfrica.
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