Una historia de agradecimiento y esfuerzo la de Cesidio Perruzza, de San Donato Val di Comino, un pueblo del centro sur de Italia, en Frosinone, que en la Navidad de 1931 decidió celebrar su trabajo y el de los numerosos emigrantes que participaron en la construcción del rascacielos RCA Building, con un árbol de Navidad y adornos que hablan de ellos.
Con guirnaldas, sí; pero también el aluminio de los detonadores utilizados para romper la roca y cavar los cimientos. Cesidio llegó a América a los 17 años en 1901.
Trabajó enseguida, pero cuando todo parecía fácil se cruzó con la América de la Gran Depresión, la pobreza y mucha desesperación, la nación de polvo, chozas y rostros dolorosos pero sinceros, reflejados en las fotografías de Dorothea Lange.
Cesidio aceptó trabajos difíciles y peligrosos. Se especializa en explosivos, que se utilizan para nivelar y preparar obras de construcción. Una experiencia que le valió el nombre de Joe Blaster. Una historia sumergida de una Italia que buscó sobrevivir en otra parte y que se cuenta en un clip ("1931, las luces brillan en Manhattan") proyectado tanto en el Museo Nacional de la Emigración Italiana de Génova como en el Museo del Siglo XX y del Holocausto de San Donato Val di Comino.
Nacido de un proyecto de Paolo Masini, presidente de la Fundación del Museo Nacional de la Emigración Italiana, y de Luca Leone, coordinador del Museo del Siglo XX y de la Shoah, el vídeo cuenta a través de imágenes la historia del primer árbol construido en Rockefeller Square y elaborado materiales inéditos.
Pocos saben que este árbol, definido como "el más bello del mundo", hoy un espectáculo luminoso de veintidós metros de altura, decorado con más de 50 mil luces de colores, tiene un corazón italiano.
Y de una Italia pobre. "La historia ligada a los orígenes del árbol neoyorquino salió a la luz en 1999, cuando el ex gobernador del estado de Nueva York, Mario Cuomo, entregó la fotografía a la familia de Cesidio Perruzza", explican Paolo Masini y Luca Leone.
Se trata de la reproducción de una antigua foto, fechada el 24 de diciembre de 1931. En primer plano hay más de sesenta trabajadores inmigrantes italianos, haciendo cola para cobrar sus salarios semanales en Manhattan, cerca de la Catedral de San Patrizio, y en la obra donde están cavando los cimientos del rascacielos, detrás de ellos se ve claramente un árbol de Navidad.
Entre los trabajadores se encuentran: Cesidio Perruzza, capataz y creador del árbol, muchos compañeros de Irpinia; y el siciliano Antonio Salimbene, acérrimo defensor de los trabajadores italoamericanos.
El árbol fue creado para agradecer a Rockefeller, su empleador. Detrás de la foto, Mario Cuomo escribe: "Nueva York agradece a la gente de San Donato Val di Comino". Y añade, con el orgullo de quien es hijo de emigrantes italianos: "Soy de Salernitano".
Según cuenta Enrico Pittiglio, alcalde de San Donato Val di Comino, "Perruzza nació en esa ciudad en 1884" y "a los diecisiete años llegó a los Estados Unidos". "Como muchos otros italianos, trabajó en las obras de las Naciones Unidas, en el Metro de la Sexta Avenida, del Madison Square Garden y del Rockefeller Center", describió el alcalde.
Una historia de sacrificio y orgullo de los trabajadores, narrada en el clip de Massimo Wertmuller sobre un texto de Maria Grazia Lancellotti que será visible, en los dos museos, durante el período navideño del domingo 22 de diciembre al lunes 6 de enero.
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