Rik Van Looy, considerado como uno de los más grandes ciclistas de la historia y de Bélgica y predecesor de su también legendario compatriota Eddy Merckx, falleció el martes por la noche a los 90 años de edad, informó hoy la prensa de ese país.
Si bien nunca pudo celebrar en el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta a España, fue el primer ciclista de la historia en conquistar las cinco "clásicas": Milán-Sanremo, el Tour de Flandes, la París-Roubaix (la ganó en tres ocasiones), la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía.
Dos veces campeón de Bélgica y otras dos campeón mundial, el alguna vez bautizado como el "Emperador de Herentals" (localidad de la provincia de Amberes donde se erigió una estatua de tres metros de altura en su honor), brilló en la década del '50 y hasta los '70.
Van Looy era considerado como el mejor ciclista de la historia hasta la irrupción en escena a fines de los '60 de su compatriota Eddy Merckx, el "Caníbal", de quien fue también rival y cuyo arribo al equipo Faema lo llevó a abandonar esa escuadra.
Sus primeras pedealadas las dio realizando entregas para un comercio en el que trabajaba, génesis de una carrera que lo llevó a celebrar 371 victorias ante rivales de la talla del propio Merckx, del también belga Rik Van Steenbergen, del italiano Fausto Coppi, de los suizos Ferdi Kubler y Hugo Koblet, de los franceses Louison Bobet y Jacques Anquetil y del luxemburgués Charly Gaul.
Su fuerte eran los sprint y le permitieron celebrar en 37 etapas de los Grandes Giros, 18 de ellos en la Vuelta a España, 12 en el Giro de Italia y siete en el Tour de Francia, así como a celebrar tres victorias en la Gante-Wevelgem.
Para los amantes de este deporte, Van Looy fue, además, un maestro pues fundó en Bélgica una academia de ciclismo, disciplina en la que descolló y terminó siendo el segundo más ganador de la historia por detrás de Merckx.
El ganador de doce ediciones de los Seis Días pudo haber sido tricampeón mundial tras los títulos celebrados en la prueba de ruta en Leipzig 1960 y en Berna al año siguiente, de no ser porque en 1963, en Ronse, lo derrotó su "gregario" y compatriota Benoni Beheyt, a quien los propios belgas bautizaron como el "Traidor".
Van Looy, en cambio, jamás pronunció una palabra contra su colega, gesto que también lo diferencia de Merckx, quien en 1968 no le perdonó, en cambio, al italiano Emilio Casalini, su compañero de equipo en Faema, haberle ganado una etapa del Giro de Italia.
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